Las altas temperaturas pueden modificar la estructura de las proteínas en la carne y convertirlas en un agente irritante del organismo que está considerado un Carcinógeno Químico.
Al cocer carnes rojas, de cerdo, ave o pescado en una parrilla, se transforman las proteínas presentes en dichas carnes en Aminas Heterocíclicas (AHC), sustancias químicas que han sido relacionadas con Cánceres de Mama, Estómago, Próstata y Colon.
Además el humo que se libera, posee hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), una sustancia que se forma cuando la carne suelta sobre las brasas o la fuente de calor, grasas que causan cáncer, por lo que se recomienda reducir también la exposición a este humo.
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